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Los escolares se han encargado en las últimas semanas de mostrarnos nuestro paupérrimo nivel educacional y ahora la crisis del Teatro Municipal le da un balde de agua fría a la imagen cultural del país.
Qué sacamos con llenarnos los bolsillos con la plata del cobre si somos incapaces de tener UN SOLO lugar dedicado a la cultura que funcione dignamente, con un presupuesto acorde a un país que se cree en vías de desarrollo.
El tema de los problemas financieros del Municipal es más viejo que el hilo negro y nuestro patentado ejercicio de dar soluciones parche había logrado mantener la situación bajo una aparente normalidad, pero la cuerda se cortó y ahora la crisis parece ser terminal.
La expresión que mejor define la cancelación de la temporada de conciertos y de opera es: PAPELÓN.
Es impresentable que no seamos capaces de invertir parte del presupuesto nacional en cultura, da vergüenza que se organice una presentación de ópera y los únicos que hayan podido verla fueran los que fueron a la avant premiere y todos aquellos que invirtieron su dinero para poder comprar entradas o abonos se hayan quedado con las ganas.
Además, como guinda de la torta los conciertos también fueron cancelados.
Si nos gusta tanto compararnos y andar usando de ejemplo a otros países o poniéndonos apodos como la “Hillary Clinton” chilena o chovinismos por el estilo, porque nos les copiamos la preocupación por la cultura?.