sábado, diciembre 03, 2005

Un momento imborrable

Asumiendo la actitud de un bien intencionado Pepe Grillo, El Hincha me dejó un mensaje reclamándome que tenía abandono mi blog.

Es cierto, pero organizar un matrimonio no deja mucho tiempo libre y la dura tarea de volver a la trabajólica realidad luego de una paradisíaca luna de miel tampoco.

A eso se suma el detalle de tener que organizar el departamento y hacer todos los traslados necesarios de cosas.

En todo caso, el matrimonio fue un gran sueño cumplido y gracias a dios sólo he escuchado felicitaciones, agradecimientos y comentarios alabando lo bueno que estuvo todo. ¿La luna de miel?, faltan palabras para expresar lo increíble de desconectarse del mundo y pasar una semana disfrutando de la tranquilidad de Buzios, de sus playas, los creps y una buena dosis de cuba libre.

Aún muchos me preguntan cómo fui capa de casarme o de comentar lo “heavy” que ven el matrimonio y cosas similares, pero este ha sido lejos el mes más feliz de mi vida y no me arrepiento de haberme parado en ese altar.

La sensación de haber visto a la Paula con esa sonrisa que no me canso de mirar y ese vestido de novia que la hacía ver aún más bonita, son imágenes que nunca se me van a olvidar.

Los recuerdos de nuestros cinco años juntos no paraban de aparecer ante mí mientras escuchaba al cura (que se lució en la misa), cada momento, cada palabra importante que forma parte de nuestra historia, surgió en ese momento.

La fiesta fue otro cuento, no por el sentido del carrete que se le podría dar, sino porque la energía que surgió en las terrazas de la reina fue espectacular. Eran sentimientos que iban más allá de la posibilidad de pasar un buen momento o disfrutar de la barra libre hasta cansarse, era una complicidad de corazón por acompañarnos en un momento importante… el más importante de todos hasta ahora.

Gracias a todos.

(Los créditos de la foto son del Hincha)