El mes de las peras y manzanas

La frase más escuchada después del 11 de diciembre fue que no se debían mezclar peras con manzanas, sin importar el bando el objetivo era un solo: tratar de marcar algún tipo de diferencia con el rival y mostrarle a sus partidarios que no había posibilidad de aparecer en la misma foto con algún indeseable enemigo.

La triste a realidad ha hecho bastante enredado entender cuál era la necesidad de marcar diferencias si Longueira igual se fue de vacaciones, Moreira está más tranquilo que un gatito y guardó en el baúl de los recuerdos sus ataques contra todo el que tuviera algún tinte rojo, y varios han cambiado el arco iris por los símbolos contrarios. O sea, todo sigue igual que antes.

Más aún, quizás lo más práctico hubiera sido repartir escudos para protegerse de las nutridas municiones que se han disparado mutuamente para desacreditarse, algunas que ya han sacado partidos para estar entre las mejores frases del año, con alusiones a ceguera incluida.

Si esta es la manera en que los políticos chilenos piensan re encantar a la gente con la política y dejar de ser vistos como la oveja negra entre las autoridades, con calificaciones que los siguen manteniendo entre los porros del curso, decididamente deben hacer algo para dejar de dar estos tristes espectáculos y buscar opciones más constructivas.