lunes, octubre 03, 2005

Una película lluviosa

El traqueteo de los nuevos trenes ya no tiene la intensidad de las viejas máquinas a vapor o las que circulaban por Chile hace 20 años, aunque difícilmente a los pasajeros que repletan los vagones les importe mucho.

Todos ellos sólo tienen “películas” en su cabeza, algunos porque son los orgullosos directores de algunas, otros porque sueñan con poder concretar algún buen negocio con algún largometraje que aún no tenga distribuidor y la mayoría porque han recibido la sacrificada misión de pasar una semana entera entre las brumosas calles de Valdivia cubriendo el 12do. Festival de Cine de Valdivia.

En mí caso, cada centímetro que recorre el tren es una experiencia nueva porque nunca había estado en la muestra valdiviana, pero las caras que veo en el tren son las mismas que me encuentro cada semana en las funciones de prensa o las que debo entrevistar para otra de mis ingratas misiones.

Valdivia es una ciudad lluviosa, pero nos recibe con un sol engañador que a más de alguno lo hizo soñar con la suerte de tener un día soleado, aunque sus esperanzas sólo duraron 24 horas, porque Valdivia se encargó de recordar rápidamente porque sus postales con amenazantes nubes grises ya son uno de sus sellos distintivos.

La oferta de películas, documentales y cortometrajes es amplia, pero a pesar de la ilusión de poder ver lo que uno quiera, el deber sólo permite que las películas sean la opción para relajarse luego de una larga jornada.

En todo caso, este año hay varias películas para destacar. La primera es “En la cama”, la película de Matías Bize, que consiguió un magnifico resultado con un proyecto riesgoso porque no es muy motivante pensar en una película que sólo se centra en los diálogos de dos personas en un motel,

Alberto Fuguet y sus mundos literarios, aunque el lo niegue, también hacen su aporte en la pantalla grande de Valdivia con su debut como realizador con “Se arrienda”, una película que puede estar protagonizada por Luciano Cruz Coke, pero la que se roba la película es Francisca Lewin.

Uno que sacará ronchas será Sebastián Campos, quien sin duda se ganará el odio de muchas abuelitas cuando el “niñito este” estrene “la sagrada familia”, un largometraje que se mofa hasta cansarse de los moldes católicos.

Ezequiel Acuña, un argentino que pasa inadvertido, también pude dar una sorpresa con un avión estrellado, el debut internacional de Manuela Martelli.

Eso es lo que he podido ver hasta ahora, que el festival ha completado su primera mitad, y aún espero encontrar nuevas sorpresas.

2 Comments:

At 12:43 p. m., Blogger El Hincha said...

Bueno, me empieza a gustar tu blog, es broma, jajajaja!
Lo que pasa es que (en mi humilde opinión personal) para nosotros que somos periodistas un blog es una página donde podemos publicar todo aquello que no cabe en un texto noticioso. Entonces, esos detalles que entregas sobre tu experiencia en Valdivia, aunque no estrictamente noticiosos, resultan muy interesantes. He ahí el valor del blog, me parece... así que siga por ese camino, sin excluir otras opciones, claro, porque un blog siempre es un espacio libre para lo que el autor decida. A ratos también vale hablar de esguinces de tobillo... aunque yo aún no me convenzo.
Saludos!

 
At 2:02 a. m., Blogger Verónica said...

Envidiable. Qué daría yo por estar respirando el aire valdiviano, recorrer sus calles, meditar entre medio de tan bellos paisajes.

Buen trabajo. Más envidia me da al saber que, junto con disfrutar de tan maravillosa zona, te has deleitado con buen cine en estos días.

Un abrazo fuerte! Cuidate mucho y pasea por mi blog.

 

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